“Me llamo Miguel León y soy mitómano"


ENTREVISTA:


“Me llamó Miguel León y soy mitómano”. Con esta frase se presentó “Miguelito”, como prefiere que lo llamen, y con ella se presenta siempre, porque su psicóloga le sugirió que así lo haga. Enseguida, la mayoría de personas preguntan: ¿y qué es mitómano? Miguelito responde: “es que soy adicto a las mentiras”.
Miguelito nació en Cuenca–Ecuador hace 23 años. Fue criado por sus abuelos, ya que sus padres viven en España y de ellos no sabe casi nada. Estudia marketing a distancia en la UNITA y es secretario de una abogada. Tiene un trastorno de conducta llamado mitomanía, por el cual, una persona tiene la tendencia a mentir continuamente, a tal punto que desfigura su realidad, por que no la acepta tal como es.

-¿Por qué mentías  incontrolablemente?
Quería demostrar que no era una persona común y corriente como todas, no quería tener las mismas experiencias que todo el mundo tiene, quería contar algo interesante, quería ser mejor y más reconocido. Quería que digan: ¡Ve ese man! Él es el que se ganó la lotería, él es el que hace motocross y bicicross, él es que tiene la novia en Alemania y conoce casi todo el mundo.
-¿Nunca pensaste que alguien podía descubrir que mentías?
De ley. Pero no me preocupaba por que sabía que con una o dos mentiras más me podía justificar.
-Las personas que ya te conocían y sabían que siempre mentías ¿Qué te decían?
 (Risas) Una vez casi me doy de quiños con mi primo por que no me creyó, me decía: ¡Eres un mentiroso chucha, al infierno te has de ir! Mis abuelos me preguntaban ¿qué es lo que sacas mintiendo? Mis amigos, los que ya me conocen, siempre me decían: El 50 % de lo que habla este man son mentiras y el otro 50 % son huevadas.
-¿Y qué sentías al escuchar todo eso?
 Me engañaba a mi mismo, trataba de meterme en mí y creerme todas las mentiras que decía. Ahí me pasaba, sino como que me remordía la consciencia.
-El hecho de que seas mentiroso, ¿Afectaba en tu desarrollo académico y laboral?
Sí, afectó mucho. Yo estaba siguiendo derecho en la Universidad Católica de Cuenca, pero mentí que me había sacado la lotería y mis amigos dijeron: Yo de vos ya no estudio. Y eso hice, deje de estudiar para que todos me creyeran. 
-¿Por qué dices que eres un adicto a las mentiras?
Es que no podía dejar de decirlas, así como un alcohólico no puede dejar el licor, yo no dejaba las mentiras. Y dicen que alguien que tuvo una adicción siempre será un adicto por lo tanto sigo siendo mitómano.
-¿Cuál crees que fue la peor mentira que dijiste?
Un día me fui de paseo con mis amigos, tome tanto que me caí y me rompí la cabeza. No fue nada grave, pero yo les llame a mis abuelos diciendo que había tenido un accidente en el carro y que estaba en la clínica. Cuando mi abuelita se enteró se había desmayado, tuvo un pre-infarto por mi culpa. Se asustó demasiado.
-¿Qué momento de tu vida fue crucial para determinar que eras un mitómano?
Hace un año,  después del infarto de mi abue y de notar que caí en mis mentiras de una forma tan fuerte que me vi como el niño que miente en esa fábula del lobo que se come a las ovejas. Llegue al punto donde nadie, ni siquiera mis abuelos, que siempre confiaron en mí, me creían. Por eso, y por el daño que causaba  ya no quise mentir más.
-¿Qué fue lo primero que hiciste para tratar este trastorno de conducta?
Averigüé en internet y leí sobre muchos casos, que se parecían al mío, de personas que mentían sin parar. Y en uno de los foros, se recomendaba que visitemos a un psicólogo y eso fue lo que hice. Desde ahí cambió mi vida radicalmente. Agradezco a Dios por eso, a mi familia y a mi psicóloga que puso mucho empeño en mí.
-¿Sientes que ya puedes controlar el trastorno?
Sí. Aprendí que no es necesario crear una realidad imaginaria para que las personas te aprecien. Basta con ser tú mismo.
-Según tus experiencias ¿Cómo crees que se puede saber cuando una persona es mitómana o no?
Un mitómano miente demasiado y se muestra completamente diferente a lo que realmente es hasta llegar al punto de lastimar al resto. Una persona común miente, por que todos mentimos, pero no de esa forma.
-Muchos psicólogos dicen que ser mitómano es una enfermedad incurable ¿Qué piensas al respecto?
Bueno primero debo decir que para mí no es una enfermedad, por que no estoy mal de salud. Lo que tengo en un problema psicológico, es un trastorno que sí puede ser tratado, no curado, tratado. Sé que tarde o temprano voy a mentir como todos, pero también sé que no lo haré sin motivación alguna.
-¿Cómo se que no me mientes?
(Risas) Soy incapaz de hacerlo. Además creo que esto puede servir para muchas personas que estén pasando por lo mismo que yo viví.  
-Y ¿Qué mensaje darías a estas personas?
Bueno, les dijera que la mentira no soluciona ni justifica. Es mejor ser felices de verdad con la verdad que ser felices de mentira con las mentiras.
-Por último ¿Qué ves en tu futuro?
 Me veo como todo un profesional responsable con una familia, pero ante todo ¡Sin mentiras!

Comentarios

  1. exelente entrevista bolita!!! me parece muy interesante saber un poco mas hacerca de las personas y sus problemas...

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